Hola. Mi nombre es Luis Morales López. Como psicólogo considero que es oportuno referirme a los procesos intrapsíquicos que se suscitan en cada uno de nosotros en esta coyuntura por la pandemia del COVID 19.
Inicio este espacio enfatizando lo aseverado por el Director Genral de Salud Mental del MINSA, Yuri Cutipé, en el sentido de que debemos concebir este aislamiento social no tanto como una pérdida del bienestar, sino más bien como una forma de supervivencia en el que estar afuera representa la posibilidad de perder la vida y el estar dentro, en el hogar, la posibilidad de conservarla
Debo confesar, que de manera inmediata el escuchar esta exhortación generó en mí cierta tranquilidad. Claramente sentí que el desasosiego fue menor.
Al rato, sin darme cuenta, lo que es un claro ejemplo de que la mente opera activamente, estaba conectando estas palabras:
ADENTRO = VIDA.
AFUERA = MUERTE
Inclusive lo visualizo y ahora me encuentro conectándolo, recreándolo en otros idiomas
INSIDE = LIFE OUTSIDE = DEATH
WAYI RURICHAW= KAWAY AQCHAW = WANUY
Y siento que al hacerlo, de alguna manera me alivia.
Talvez, esta forma de concebir la situación fue la fortaleza de Ana Frank, la niña que pasó ocultándose de los nazis más de dos años y medio. Por supuesto que las circunstancias en las que ella vivió fueron mucho más extremas en comparación a la de nosotros. Sin embargo, considero que es válido este parangón, dado que este razonamiento, en ambos casos, permite conservar la vida y mantenernos con salud, que es el fin último de esta cuarentena.
Por otro lado, una circunstancia anecdótica, que si bien es cierto es un hecho individual, no deja de ser interesante compartirlo en estos momentos. Se trata de las llamadas de algunos ex alumnos de la universidad en la que laboraba, llamadas muy gratas que recibí a mediados de marzo, es decir los primeros días de esta cuarentena. Uno de ellos, al despedirse, me dijo: Chao, profesor, cuidese y “ No envejezca tan rápido” e inmediatamente colgó.
No sé por cuantos minutos, aquellas palabras, que sonaban casi como una petición para no envejecer tan pronto, resonaron en mí. Ahora a más de un mes de esta cuarentena siento la necesidad de compartir con ustedes estas reflexiones. El estar tomando pura agua y agua con limón; no gaseosas ni bebidas procesadas. En más de un mes de estar comiendo frutas y verduras, poco o nada de frituras y grasas. Haciendo ejercicio en casa todos los días. Díganme que estas no son acciones concretas para no envejecer a velocidad.
El tiempo es inexorable, ya me estoy despidiendo de los 40´s. sin embargo, es posible hacer algo sustancial en la vida. Por supuesto, todo ello es posible cuando hay un sentido de la vida. Sino lo tenemos claro, hay que buscarlo en nuestro interior. Al encontrarlo, hallaremos una razón poderosa para luchar.
Lo mío es mi hija, mi madre, mis hermanos, aliviar a la gente que sufre, los necesitados, el tener una voz generadora de cambio en mi sociedad.
El Sentido de la Vida que Victor Frankl lo graficó tan notablemente en su obra ! “EL HOMBRE EN BUSQUEDA DE SENTIDO! Víctor Frankl, que fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, al igual que Ana Frank en circunstancias extremas, se incubó su máxima contribución. No olvidemos que él, al igual que Ana Frank, fue victima del holocausto y su vida transcurrió en los campos de concentración.
Tengo la certeza de que estas reflexiones son válidas no solo en el contexto de esta pandemia, sino que su alcance va mucho más allá. No olvidemos que si tenemos una razón, si tenemos un porqué para vivir podemos soportar casi cualquier situación. Y estoy convencido de que aún en las circunstancias más difíciles, es posible hacer cambios sustantivos o realizar grandes contribuciones. Veamos que podemos hacer, veamos como podemos contribuir en el bienestar personal y, sobre todo, en el bienestar del otro.
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